Pasión y Muerte de Jesús
La pasión de Jesús, se refiere a la agonía y
sufrimiento que Jesús de Nazaret padeció desde su oración en el huerto de
Getsemaní (justo antes de ser capturado) hasta su muerte en la cruz.
La palabra pasión, desde el punto de vista etimológico,
proviene del término latino passio, el cual a su vez deriva de pati,
que quiere decir 'aguantar', 'sufrir' o 'padecer'.
En tal sentido, la pasión de Cristo remite a los
sufrimientos que Jesús, centro de la fe cristiana, tuvo que padecer tras ser
condenado a muerte por parte de las autoridades, que interpretaron su mensaje
religioso como una amenaza para el status quo.
En el cristianismo, la pasión y muerte de Jesús de
Nazaret se interpreta como vehículo de salvación ya que conduce a la
resurrección de Jesús. A su vez, la resurrección confirma a Jesús como hijo de
Dios y anima la fe de los cristianos en la vida eterna.
La pasión de Cristo también es interpretada como expresión
de la coherencia de Jesús con su mensaje. Pero muy especialmente, es
interpretada como un signo del amor de Jesús por sus hermanos en
Dios, ya que Jesús se entrega voluntariamente a sus captores, salvando la vida
de quienes lo acompañaban e irradiando su amor a todos los creyentes.
Desde el punto de vista teológico, la pasión y muerte
de Jesús, entendida como el sacrificio por excelencia por el que todos los
pecados son perdonados, invalida y suprime el concepto de sacrificio
tradicional.
Por lo tanto, para el creyente cristiano, el sacrificio se
circunscribe al ámbito simbólico y espiritual como expresión del amor a Dios y
a los hermanos, ya que no existe sacrificio mayor que el de Jesús. Un ejemplo
de sacrificio simbólico sería privarse de alguna comida para brindarla a un
necesitado.
Julián Enrique García Cuté
6to. Perito Contador
Clave: 5
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